viernes, 31 de julio de 2009

Atropa belladonna: Acto I







[Me apresuré a terminar mi trabajo. Con muchos esfuerzos coloqué en su sitio la última piedra y la cubrí con argamasa. Volví a levantar la antigua muralla de huesos contra la nueva pared. Durante medio siglo, nadie los ha tocado.

In pace requiescat!]
E.A.Poe - El barril de amontillado





El sonido de la sangre congelándose en las venas siempre le había recordado a su más tierna infancia...


Chac!


...


¡Oh,Dios!, el dulce sonido de la sangre derramándose entre sus dedos, y el olor del veneno, el sabor de aquel licor maldito que tanto embriaga a las almas perdidas....

Otra cuchillada, y habría terminado con la faena. Ya iban 13. 13 putas almas en pena a las que les había regalado el pase a la Eternidad. Y quién sabe si hasta a un mundo mejor.

¡Qué cojones!
No había un mundo mejor que aquel que se hallaba bajo sus pies.


Inhaló la última calada del cigarro, recogió todo el arsenal de trabajo y colgó la nota en la puerta del frigorífico, justo al lado del cadáver.

Antes de salir del apartamento del doctor Grauss giró la cabeza para contemplar la escena.
¡Joder! Ni el hijo puta de Poe habría imaginado una escena tan bella y horrenda como aquella. Ni una forma tan preciosa de morir.





Finalmente cerró con un portazo seco, dejando claro que aquello solo era un breve entreacto hasta su
próxima aparición en escena.

jueves, 30 de julio de 2009

La Defensa India del Rey



(La Defensa india de rey es agresiva, algunas veces arriesgada y generalmente indica que el negro no se conformará con unas tablas.
Term. ajedrecística
)



Ahogó las ganas en una taza de café. Aquella vez quien dormía en su cama no era la persona que ella había querido.
Sexo y lujuria.


Sí, y una bonita mañana de resaca duradera.

Su piel se estremeció.

¿Cómo podía haberla traicionado de nuevo?
Se juró recuperarla, pero no de aquella manera.
No acostándose con cada hombre que le invitara a una copa en aquel antro llamado Tierra de Nadie...



Siempre igual.
La monotonía de los sábados bañados en alcohol y masculinidad se le había antojado ya putrefacta.



Tiró las sobras del desayuno por el fregadero y se propuso como meta arrancarle el corazón a la mujer de su vida, antes de la medianoche.

Se propuso volver a conquistarla.

SPECULUM

Lástima de tanta belleza desperdiciada …




De un golpe, el sonido del despertador la atrajo, de nuevo, hacia el lado del espejo correcto:
la realidad.

El consumo de cannabis se había convertido en una constante vital para ella.
Sí, pues siempre después de alguna ruptura caía inevitablemente en una depresión que ella, irónicamente, denominaba como "post-mortem".

Irónico, porque era casi como si el alma se le resquebrajara desde el más impúdico interior y le hiciera astillas el corazón.



- ¡Maldita hija de puta!, pensó cuando el haz de luz robado al alba le martirizó los ojos.


La claridad de sus pupilas siempre había jugado en su contra.